jueves, 29 de enero de 2009

Comienza la segunda ronda de formación de JARIS




Este sábado comenzaremos en Almonte la formación de los que serán los próximos animadores de JARIS. Esperamos la presencia de unas diez personas decididas a comprometerse en la evangelización con los jóvenes, a trabajar con ellos, a acompañarlos.

No se me ocurre una tarea más difícil, pero a la vez más necesaria. Ojalá estos hombres y mujeres que ahora comienzan ilusionados una nueva etapa en el Movimiento JARIS encuentren en Aquel que no falla las fuerzas y la esperanza que nosotros no podemos darles.


Todo queda en sus manos.

sábado, 24 de enero de 2009

VARIOS AUTORES. Iglesia pobre, Iglesia misionera. Editorial ZYX, Madrid, 1966.




Iglesia pobre, Iglesia misionera es una obra colectiva, en la que participa nuestro admirado Yves Congar, de quien, como ya sabéis, andamos haciendo una relectura en este blog. Representa un esfuerzo humilde (visto con estos 42 años que nos separan de su publicación), pero cargado de esa confianza que nos lleva a los cristianos a buscar con ahínco en nuestra vida las raíces de la fe que experimentamos. En la Introducción ya afirman los autores que el cristianismo:

“… se verá obligado muchas veces a reafirmarse en sus más íntimas convicciones… Sin esa reafirmación en su fe, a menudo se verá tentado a buscar en la promulgación de los dogmas, de las leyes eclesiásticas, de las medidas disciplinares, en fin, de la multiplicación de edificios y actividades, esa especie de poderío que caracteriza a las grandes instituciones de este mundo.” (p. 6)

Si bien el tono del libro adolece de ese cierto optimismo posconciliar que daba por hecho que el verdadero núcleo del cristianismo estaba ahí, a la mano; que el mayor y más necesario esfuerzo era el que debía llevar al triunfo sobre el institucionalismo, sobre la “jerarcolatría” (como la llamó Congar), hay todavía, en mi opinión, una lectura provechosa de sus páginas. También de la pequeña contribución de Congar (Jalones para una reflexión sobre el misterio de los pobres), centrada en el aspecto bíblico de la pobreza:

“No se trata en todo esto de la pobreza como pura situación material. … El ideal no es carecer, sino ser libre respecto a la abundancia o la privación,… y sobre todo tener en su alma esta aptitud de espera y de deseo, de disponibilidad a la gracia, de desasimiento y de total y confiada dependencia que es la de los “Pobres de Yahvé”. (p. 104).

martes, 20 de enero de 2009

YVES CONGAR, O.P. Aspectos del ecumenismo, Estela, Pamplona, 1966.


Esta semana se celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, y me ha parecido adecuado traer aquí una lectura sobre el tema.
Aspectos del ecumenismo es fruto de la reunión de varias conferencias dadas por Yves Congar, en los años sesenta del pasado siglo, en torno al ecumenismo. Que este sea un tema para el que los españoles no estamos muy bien preparados no debería ser, en mi opinión, más que un acicate para adentrarnos en la lectura de algunos buenos libros sobre la cuestión.

La realidad de una división en el seno de la Iglesia, bien sea el caso del cisma oriental o el de la reforma protestante, pone en cuestión muchas de las afirmaciones que un cristiano ha de sostener en su anuncio del Evangelio.

“La ruptura del siglo XI entre Oriente y Occidente fue como la ruptura del madero transversal de la cruz. Una segunda gran ruptura, la del siglo XVI, rompió el madero vertical, desgarrando la cristiandad de norte a sur.” (p. 30)

Enfrentarnos a las preguntas que surgen de un enfrentamiento entre cristianos es prueba, en mi opinión, de que nos tomamos en serio el anuncio, y de que procuramos vivir según aquello que anunciamos. En esta polémica entre confesiones es necesaria una nueva disposición del espíritu (“… desde el punto de vista estrictamente intelectual, en el que hay que convenir tarde o temprano, la oración permite alcanzar cierto nivel que de otra manera se corre el riesgo de desconocer.” p. 27), que permita avanzar en el diálogo, abriendo caminos inexplorados en la discusión que es en muchas ocasiones el colofón del encuentro entre cristianos de diferente pertenencia eclesial. Estamos ya sobrados de guerras.

“Discutir con cualquiera para tener razón conduce finalmente a posiciones indefendibles, si queremos puntualizar las cosas. Se las defiende porque se ha empezado a discutir y listos.” (p. 13)

Como bien dicen los editores del libro, Congar se constituyó a lo largo de su vida en un “campeón” del espíritu ecuménico, y su entusiasmo por el reconocimiento de la unidad de los cristianos se transluce a lo largo del texto, que, además, tiene un estilo mucho más ligero que otros de sus trabajos, de carácter más erudito. Y digo reconocimiento porque, desde la perspectiva de Congar, no se trata de construir la unidad, sino de reencontrarla, de reconocerla allí donde se ha perdido.

“Se habla a veces del orgullo que impide a la Iglesia católica sentarse como una hermana entre otras, alrededor de la mesa de los Congresos [Congar se refiere aquí a los Congresos del Consejo Ecuménico de las Iglesias]. No se trata de orgullo, sino de fidelidad a lo que la Iglesia católica ha recibido como vocación y gracia de ser. El primer motivo es de orden doctrinal. No puede actuar, en efecto, como si la unidad de la Iglesia de Cristo y de los Apóstoles fuese una cuestión abierta, o algo que hay que encontrar todavía… Si la unidad de la Iglesia de Cristo y de los Apóstoles se perdió alguna vez, nada ni nadie podrá restaurarla… la unidad no está por hacer, sólo hay que reconocerla y no puede haber ninguna duda, después de reconocerla, en reunirse en ella.”
(p. 33)

Os invito a esta buena compañía. Que la disfruteis.

Juan Diego González,
Amén.

viernes, 16 de enero de 2009

Adiós Paco.


Ayer despedimos a nuestro querido amigo Paco Girón, tras 86 años de vida que han dado para dejar una huella imborrable en nuestra ciudad, en toda la diócesis de Huelva y en nuestras vidas.
Un hombre bueno, que además poseía algo de lo que carecen muchos otros hombres buenos, y que a él le hacía tan especial: una enorme energía. Su formidable capacidad para poner en movimiento a las personas, para ayudar a cada uno a encontrar el hueco en el que hacía falta su colaboración, también para aprovechar los recursos económicos disponibles, en general, para construir un mundo nuevo, le convertía en un sacerdote muy especial. Santo le han llamado en sus elegías desde ayer. No estoy en desacuerdo, en absoluto. No creo que haya mucho más que se le pueda pedir a un hombre para serlo. Puedo recordarle saliendo de su casa (fui vecino suyo una temporada) a la 1:00 de la madrugada, ya con sus 80 años a cuestas, camino del Hospital, para visitar a los enfermos que no podían conciliar el sueño. Párroco infatigable, será imposible que otro ocupe el lugar que él ocupó en San Pablo. Harán falta otras generaciones de cristianos en Fuentepiña para que otro sacerdote pueda tener la presencia que tuvo Paco en los corazones de cada uno.
Alegre siempre, testigo siempre, ojalá los que hemos recibido el bautismo de sus manos lleguemos a ser, por la gracia de nuestro Padre, en el que siempre confió, al menos la mitad de cristianos de lo que el fue.
Ahora desde la casa del Padre, querido Paco, ruega por nosotros.
Juan Diego González,
Amén.

viernes, 9 de enero de 2009

GIUSEPPE ALBERIGO. Breve Historia del Concilio Vaticano II. Sígueme, 2005.


En esta primera entrada del año 2009, quisiera invitaros desde este blog a una de las más subversivas y peligrosas actividades que podemos hacer, aunque solo una pequeña parte de la humanidad, y que, por esto mismo, se convierte, en cierto modo, en una obligación: leer.
Si elegimos bien aquello que leemos no solo estaremos siendo honestos con nosotros mismos y con los demás, no dándonos por entero a la comodidad intelectual de las lecturas superficiales, sino que, además, hemos de encontrar en los libros palabras de aliento y de denuncia, reflexiones que nos ayuden a ser críticos con nosotros mismos y con nuestro medio, y sobre todo, elementos que nos ayuden a aproximarnos más a una Verdad que no por oculta es menos real.
La breve obra de Giusseppe Alberigo que propongo hoy aúna numerosas virtudes para que nos decidamos a leerla. Trata de un tema interesante para muchos católicos, y lo hace con la sabiduría de quien ha dedicado mucho tiempo a editar una Historia del Concilio Vaticano II en cinco volùmenes, y además está escrita con un estilo ameno.
Espero que lo disfruteis y os deseo, junto con toda la Comunidad Amén, lo mejor para este nuevo 2009.
Juan Diego González Sanz,
C. Amén.